La primer lluvia de ideas en el grupo sugirió una especie de transposición a partir de un cuento corto del fabuloso Julio Cortázar. De 'Continuidad de los parques' fuimos a 'Circe', para entrar en el mundo del asesinato por envenenamiento. De ahí no pudimos salir.
Circe transcurre en Almagro. Delia Mañara es criticada por sus vecinos, que dicen que ella ha envenenado a sus ex novios. Sin embargo, hay un muchacho en el barrio que cree lo contrario por estar profundamente enamorado de la acusada. De eso va surgiendo una situación, una cosa. Por un lado una necesidad de matar, de envenenar, por parte de la protagonista. Por el otro, una especie de sometimiento por parte de la víctima, una especie de común acuerdo, casi un suicidio.
Mas tarde nos vino a la mente una conocida historia nacional, verídica, ya retratada audiovisualmente de manera elegante y atractiva en un capítulo de la serie argentina Mujeres Asesinas : la historia de Yiya Murano. El personaje de nuestra cosa va tomando forma, se va situando en un contexto socioeconómico que hace brotar razones para que se disponga a matar. Aquí el capítulo, Yiya personificada por Nacha Guevara.
Surgen nuevas aproximaciones desde un punto de vista estético, inspirados por la técnica de ralentí utilizada por Xavier Dolan en su segunda película, Les Amours Imaginaires, que sobre todo desde lo estético está muy equilibradamente compuesta.
Tenemos un personaje que empieza a definirse. Una mujer, grande, que mata. Con una necesidad de asesinar, no es una locura insana. La mujer sabe lo que hace. Tenemos otro personaje, la víctima. Un hombre que también sabe lo que hace, o al menos quiere creerlo. Que su amor le impide ver más allá, que es capaz de todo por esta mujer. Tenemos un espacio imaginario, un ambiente de connotaciones rurales, estancieras. Tenemos una luz cálida, un arte pomposo pero sin sobrecargar. Tenemos una música clásica, o un tango, una cadencia rítmica que acompaña la acción del envenenar. Tenemos una cosa. Es hora de empezar a poner en material todo este ideario. Tomar decisiones, básicamente, sobre una base que (lo más importante) ya nos tiene apasionados.
Circe transcurre en Almagro. Delia Mañara es criticada por sus vecinos, que dicen que ella ha envenenado a sus ex novios. Sin embargo, hay un muchacho en el barrio que cree lo contrario por estar profundamente enamorado de la acusada. De eso va surgiendo una situación, una cosa. Por un lado una necesidad de matar, de envenenar, por parte de la protagonista. Por el otro, una especie de sometimiento por parte de la víctima, una especie de común acuerdo, casi un suicidio.
Mas tarde nos vino a la mente una conocida historia nacional, verídica, ya retratada audiovisualmente de manera elegante y atractiva en un capítulo de la serie argentina Mujeres Asesinas : la historia de Yiya Murano. El personaje de nuestra cosa va tomando forma, se va situando en un contexto socioeconómico que hace brotar razones para que se disponga a matar. Aquí el capítulo, Yiya personificada por Nacha Guevara.
Surgen nuevas aproximaciones desde un punto de vista estético, inspirados por la técnica de ralentí utilizada por Xavier Dolan en su segunda película, Les Amours Imaginaires, que sobre todo desde lo estético está muy equilibradamente compuesta.
Tenemos un personaje que empieza a definirse. Una mujer, grande, que mata. Con una necesidad de asesinar, no es una locura insana. La mujer sabe lo que hace. Tenemos otro personaje, la víctima. Un hombre que también sabe lo que hace, o al menos quiere creerlo. Que su amor le impide ver más allá, que es capaz de todo por esta mujer. Tenemos un espacio imaginario, un ambiente de connotaciones rurales, estancieras. Tenemos una luz cálida, un arte pomposo pero sin sobrecargar. Tenemos una música clásica, o un tango, una cadencia rítmica que acompaña la acción del envenenar. Tenemos una cosa. Es hora de empezar a poner en material todo este ideario. Tomar decisiones, básicamente, sobre una base que (lo más importante) ya nos tiene apasionados.
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